Interpretación de los sueños como modelo ilustrativo
Sigmund Freud (extractos)
El
estudio de la elaboración onírica nos ha enseñado asimismo muchas otras
peculiaridades, tan notables como importantes, de los procesos inconscientes,
entre las que sólo unas pocas hemos de mencionar aquí. Las reglas decisivas de
la lógica no rigen en el inconsciente, del que cabe afirmar que es el dominio
de lo ilógico. Tendencias con fines opuestos subsisten simultánea y
conjuntamente en el inconsciente, sin que surja la necesidad de conciliarlas; o
bien ni siquiera se influyen mutuamente, o, si lo hacen, no llegan a una
decisión, sino a una transacción que necesariamente debe ser absurda, pues
comprende elementos mutuamente inconciliables. De acuerdo con ello, las
contradicciones no son separadas, sino tratadas como si fueran idénticas, de
modo que en el sueño manifiesto todo elemento puede representar también su
contrario. Ciertos filólogos han reconocido que lo mismo ocurre en las lenguas más
antiguas, y que las antonimias, como «fuerte-débil», «claro-oscuro»,
«alto-bajo», fueron expresadas primitivamente por una misma raíz, hasta que dos
variaciones del mismo radical separaron ambas significaciones antagónicas. En
una lengua tan evolucionada como el latín subsistirían aún restos de este noble
sentido primitivo, como, por ejemplo, en las voces altus («alto» y «bajo») y
sacer («sagrado» y «execrable»), entre otras.
Fuente: Cap V. La Interpretación de los Sueños. Sigmund Freud. Traducción de Luis López-Ballesteros y de Torres.
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